Y como no hay maíz sin sentir indígena, comparto también esta preciosa posesía de Werner Ovalle López
Yo tengo manos de maíz.
En ellas reside un hálito terrestre,
y palpitan misterios arcillosos
con humedad de vegetales peces.Yo tengo frente de maíz. Yo sueño
la paz del surco iluminado y verde,
coronado de cañas verticales
como lineales templos de azúcar y de fiebre.Yo tengo frente de maíz. Yo pienso
con las venas acústicas y fuertes
como un resucitado intemporal
que escondiera su voz en los claveles.Yo tengo labios de maíz. Yo canto
sin la fría corola de la muerte
y predico las alas de la harina
con una gran serenidad silvestre.Yo tengo sueños de maíz. Yo vivo;
hombre de ayer, de hoy, hombre de siempre……Nuestro atavismo vegetal es único:
Maíz de amor, substancia de las sienes.