Utilización de la crisis económica: la condición indispensable para ganar dinero

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La crisis económica es un artículo escrito por Tomio Kikuchi, fundador de la Escola Musso y referencia en la macrobiótica más antigua. Falleció ayer 6 de abril a la edad de 93 años y quiero honrar su memoria y enseñanzas pasando a mi web este escrito que traduje hace 10 años y estaba en mi antiguo blog.

Descanse en paz.

La crisis económica que amenaza la mayoría de los países, en mayor o menor grado, es consecuencia de la tentativa desesperada, por parte de los que tienen el poder económico o político, de mantener la estabilidad de un sistema que está irremediablemente destinado al descontrol. Es inútil suponer que las simples aplicaciones de medidas drásticas contra las economías más débiles, así como la adopción sucesiva de planes económicos, sean capaces de recuperar el control de este diabólico sistema. Miles de persona, sin embargo creen que la situación va a mejorar cuando en realidad es imposible detener la tendencia catastrófica creciente en este sistema dominado exclusivamente por los valores económicos.
Aunque se tomen medidas gubernamentales y sociales no se puede confiar ciegamente en el sistema monetario, completamente imprevisible para las personas comunes. Frente a esta situación, la mejor manera de enfrentar las crisis continuas es aplicar la capacidad de auto-control independientemente de los recursos con los que cuente cada individuo. Esta capacidad es la potencia fisiológica, interna y necesaria existente en cada uno/a. Se trata, en realidad, de la utilización estratégica de nuestras reservas vitales para establecer una relación más potente con el sistema monetario y con sus valores dominantes, que son el precio y el dinero.

El dinero es la fuerza material del sistema. Es un elemento indispensable en la vida moderna. Mas ¿Cuál es el modo de obtener fuerza material aplicando un mínimo de potencia monetaria? ¿Existe algún secreto evidente para ganar dinero? ¿Es posible aprovechar favorablemente la crisis económica?

Si observamos bien, veremos que existen un criterio simple, útil y práctico para que nos relacionemos con estas formas de economía fraudulentas e inflacionarias.

Todo tiene un precio dentro de nuestro sistema relativo. Antiguamente, había una diferencia entre precio y valor de cualquier cosa, mas ahora esto ya no existe y solamente tiene valor lo que tiene precio.

Lo que no tiene precio no vale nada. Valores como el amor, la libertad, la necesidad, la salud, la felicidad y la satisfacción son hoy en día meramente comerciales, adquiriendo valor solo mediante su precio.

Está claro que no podemos negar la función del dinero, pues se relaciona con todo lo que encontramos. Él es la confirmación del valor material de todos los aspectos físicos y de las manifestaciones del mundo relativo; indispensable, por tanto, para realizar cualquier actividad. El problema está en la exagerada inclinación hacia la tendencia de optar por soluciones materiales y monetarias ya que éstas hacen que el dinero sea representativo de casi todas las posibilidades humanas.

Aunque no podemos desconocer la existencia e importancia del dinero, tampoco podemos dejar que nuestra realidad se reduzca solo a aspectos materiales monetarios. Es increïble el grado de dependencia al que llegamos: desde el nacimiento hasta la muerte estamos condicionados/as por el dinero y la capacidad económica. Esta dependencia patológica, de la que casi nadie se escapa, , es exactamente la razón del desespero de millones de personas. Es espantoso, por ejemplo, constatar que un parto puede llegar a costar cerca de 2000-3000 dólares por el hecho de ser realizado en un hospital; esto sin tener en cuenta la tendencia creciente de efectuar cesáreas, que son rentables y favorecen la eficiencia hospitalaria y no tienen en cuenta las consecuencias traumáticas sobre la madre y el bebé. No es solamente la pérdida, cada vez mayor, de la condición femenina lo que incide en la práctica de cesáreas, sino la fuerte influencia económica de estas cirugías; esto aún cuando sabemos que el parto es una función fisiológica, doméstica y gratuïta, la confirmación más bàsica de las posibilidades sentimentales de la mujer. La comercialización del parto está acabando con la condición original femenina, transfiriendo los fundamentos vitales de la responsabilidad familiar hacia una transacción hospitalaria patológica.

Una de las mayores atracciones del dinero es también la libertad: libertad para comer, libertad para vivir, para poseer cosas, para resolver problemas rápidamente, libertad para tener libertad, para adquirir independencia. Cuando analizamos más profundamente la libertad vemos que está relacionada con la necesidad. Por ejemplo, cuando sentís mucha necesidad de dinero imaginando que éste os aportará una mayor libertad, os estáis engañando, simplemente transfiriendo vuestra dependencia y volviéndoos más esclavos. Como ya hemos visto, las cosas necesarias se relacionan más con la gratuidad y no con la dependencia monetaria. ¿Se puede sentir alguien independiente cuando se vuelve esclavo/a del dinero?

La realidad muestra lo contrario, o sea, quien consigue depender menos del dinero para realizar lo que necesita, aprendiendo a vivir con lo mínimo necesario es quien más libre es. La clave para descubrir como ganar dinero también en medio de la crisis económica está en distinguir estratégicamente cómo utilizar el dinero que se tiene: ¿Para cosas más necesarias o más deseada? No nos hará falta mucho dinero para obtener lo más necesario y satisfactorio, pero lo más deseado siempre costará más caro y aportará menos satisfacción. La satisfacción de las necesidades se aprovecha más que la satisfacción de los deseos.

La comida es un ejemplo simple de la vida cotidiana. Para conseguir una nutrición adecuada, basta reconocer los alimentos necesarios y fortalecedores, que tienen vitalidad y aumentan nuestra inmunidad. Estos alimentos son integrales y baratos, no es necesario estar comiendo a todas horas. Dos o tres comidas al día son suficientes si las aprovechamos adecuadamente. Cuando sentís la necesidad de comer en base a un deseo, en cada momento, de manera abundante y de forma descontrolada gastáis dinero innecesariamente, desperdiciando vuestra capacidad material. La nutrición es la base del auto-control ya que nos permite reconocer nuestros hábitos de consumo, no solamente de la comida sino de cosas que necesitamos o deseamos en general.

Quien come en base a sus necesidades tiene mejores condiciones de salud, mientras que quien consume cosas innecesarias gasta mucho dinero y enferma con facilidad. La salud es muy económica para quien responde mejor a sus propias necesidades, por eso quien tiene menos dinero y sabe utilizarlo según sus necesidades, posee más a nivel fisiológico que quien tiene más y lo desperdicia gastando innecesariamente y patológicamente.

Utilizando este criterio, reconocemos una vez más la utilidad estratégica de la balanza: con un mínimo de inversión económica, podemos tener un máximo de satisfacción vital. Así, observamos que las personas están cayendo en un consumismo innecesario, aún sintiéndose insatisfechas, enfermas y dependientes

No es el dinero lo que aporta felicidad; su mejor aprovechamiento está determinado por el criterio con el que lo utilizamos. Éste es el secreto evidente para sobrevivir a cualquier crisis monetaria: UN MÍNIMO DE CAPITAL INVERTIDO PARA OBTENER UNA MÁXIMA RENTABILIDAD Y VITALIDAD. Este criterio simple funciona inmediatamente pudiendo ser aplicado fisiológicamente a cualquier aspecto de la vida, al contrario de diversas teorías económicas patológicas e inexplicables. Estas teorías sirven solamente para alimentar un sistema voraz de consumo, que vuelve a los individuos más dependientes, a parte de desperdiciar de forma irresponsable fuerzas monetarias que serían más útiles en la vida de todos/as.

Escrito por Tomio Kikuchi. Traducido del portugués por Agnès Pérez. Agradezco su difusión desde esta web como reconocimiento del tiempo y trabajo que he invertido en esta traducción. Gracias.

 

Agnès Pérez
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