¿Cómo hacer que tus hijos o hijas participen en la cocina?

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Algunos de los mejores recuerdos de mi infancia son de cuando ayudaba a mi madre en la cocina. Cuando era muy pequeña, me daba un pedacito de masa y me enviaba fuera de la cocina para ir “jugar” con él, pero cuando fui creciendo, me dejaba ayudarla cada vez más en la cocina. De “mayor”, me encuentro haciendo versiones saludables o veganas de los platos de mi madre y que marcaron mi infancia. A pesar de que no creo que le estaba prestando mucha atención, sus técnicas y recetas de cocina están siempre en mi corazón.

Hay muchas razones para hacer que los niños/as participen en la cocina. Desde ayudarles en adquirir más destreza y confianza para tomar decisiones y a organizarse, a imaginar y ser creativos/as y sobre todo a conectar con alimentos vivos y frescos, aspecto olvidado de hoy día, debido al estilo de vida de muchos padres y madres que al llegar a casa cansados/as del trabajo, cocinan de manera rápida o comen alimentos precocinados.

Compartir con tus hijos/as  momentos en la cocina, decidir juntos/as el menú y elaborarlo a medias, además de suponer una conexión impagable, es fundamental para establecer y conservar hábitos saludables en la familia.

Aquí tienes algunas pautas para empezar:

Comienza con objetivos realistas.

Antes de comenzar cualquier cosa, es importante tener claros objetivos adecuados de lo que los niños/as pueden y no pueden hacer a su edad y nivel de desarrollo cognitivo. Un/a niño/a pequeño/a no puede hacer tareas complicadas o que suponen muchos pasos. Pueden, sin embargo, llevar servilletas a la mesa, poner la comida en los tuppers del almuerzo o ayudar a envolver algo, por ejemplo. Los/as más mayores pueden hacer más cosas, pero siempre es importante ir dándoles tareas que pueden dominar y no reñirles si cometen errores. Recuerda, es un proceso de aprendizaje y queremos que sea divertido para ellos, no infundirles miedo o crearles ansiedad.

El método Montessori recomienda algunas actividades por las que empezar, como son:
– Untar una pequeña cantidad de mantequilla en un recipiente antes de hornear un bizcocho.
– Amasar la base de una pizza.
– Lavar bien las frutas y verduras que se van a utilizar en las recetas.
– Pelar piezas de un tamaño adecuado a su mano y con herramientas seguras.
– Exprimir el zumo de naranja o de cualquier otro alimento necesario en la receta.
– Mezclar ingredientes entre un bol y otro, añadir otros.

Planificación de un menú.

Los niños pueden implicarse en la planificación del menú y la elaboración de la lista de la compra.
Si le preguntas: “¿Qué debemos tener en la despensa para la cena esta semana?” Puede que recibas sugerencias que no son ni sanas ni posibles. Pero si les preguntas, “¿Qué comemos hoy? ¿Pasta o croquetas de mijo?” O “¿Prefieres brócoli o judías verdes?” Es más fácil para ellas elegir. Siempre ofrece opciones que te parecen bien, así cuando tu hijo/a decida, puedes decirle “es una buena elección, carinyet” y hacer que se sientan bien acerca de sus habilidades para tomar decisiones. Deja que cada niño/a escoja una comida para la semana y que se sientan incluidos/as en la planificación familiar.

Crea una lista de compra que te permita explicar a tus hijos la diferente variedad de verduras, legumbres, cereales…. Asegúrate de incluir opciones saludables para bocadillos (pan integral, paté de olivas, cremas de frutos secos, mermeladas naturales sin azúcar, por ejemplo). Explícales por qué ciertos alimentos no los incluyes en la lista por falta de presupuesto, de espacio de almacenamiento o porque no son necesarios para alimentarse.
Al caminar en el mercado local de agricultores o en tu tienda, habla con tus hijos acerca de las diferentes frutas, verduras y otros ingredientes que veis. Explícales por qué es importante comprar alimentos locales y ecológicos. Que utilicen sus sentidos para ver, oler y tocar (y probar frutas o alimentos elaborados artesanalmente).

Seguridad en la Cocina.

Hay un montón de peligros potenciales en la cocina: desde el horno caliente hasta cuchillos afilados. Mantén a los más peques lejos del horno y de los cuchillos y dales tareas que sólo requieren herramientas seguras como cucharas, batidoras manuales y espátulas. Enseña a los/las más mayores la forma correcta de manejar cuchillos y aparatos eléctricos. Ésta es también una oportunidad para enseñar orden, organización e higiene.

Lecciones de Nutrición.

Con las crecientes tasas de obesidad infantil  que se dan y las enfermedades que aparecen en edades cada vez más tempranas, es más importante que nunca enseñar a los niños/as una nutrición adecuada. Ayudarles a ser conscientes de lo que comen y desarrollar hábitos alimenticios más saludables les guiará en el camino correcto hacia la buena salud. Los/las niños/as son más propensos/as a comer alimentos saludables cuando se les da cancha en la elección de alimentos y nos ayudan a hacer los platos. Mientras que trabajamos juntos/as en la cocina, se les puede enseñar por qué algunos alimentos son más saludables que otros, los tamaños de las raciones adecuadas y demostrar que la comida sana también puede ser rica.

Para educar en nutrición es importante haber experimentado los hábitos que queremos enseñar. Ocurre a menudo que al cambiar a una alimentación más sana se intenta imponer los nuevos hábitos en casa sin antes haber aprendido a cocinar rico o a haber sentido los efectos de la nueva alimentación.

Otras lecciones.

Tener niños/as que ayuden en la cocina les da muchas oportunidades para mejorar habilidades múltiples. Los niños/as pequeños/as pueden aprender los colores y las formas con diversas frutas y verduras. Pueden aprender habilidades matemáticas contando o midiendo ingredientes y aprender a decir la hora configurando el temporizador. Haga que los niños/as lean los ingredientes en las etiquetas o las instrucciones de las recetas para mejorar su lectura y vocabulario. Dales una lección de geografía, haciendo platos étnicos de diferentes países y que aprendan sobre diferentes culturas y sus dietas.
Los niños/as también necesitan aprender que hay más tareas que hacer que sólo la cocción de la comida. Enséñales responsabilidad al tener que ayudar a limpiar lo que se ensucia durante la cocción y a poner los alimentos en la nevera o en los estantes. Los niños/as pueden ayudar a quitar la mesa, lavar y secar los platos o cargar el lavavajillas. Lo mejor es que tus hijos/as se diviertan mucho, que no se dan cuenta de que en realidad están aprendiendo.

Sed creativos/as y divertíos.

Deja que tus niños/as usen su imaginación y sean creativos/as. Si quieren mezclar los espaguetis y las mandarinas en una salsa, dales una oportunidad aunque no te parezca que vaya a combinar o que sea idealmente dietético. Permite que los niños/as elijan los ingredientes para su pizza o postres.

Comed juntos/as.

Lo más importante que puede surgir si tus niños/as te ayudan en la cocina es la unión.
Los alimentos pueden alimentar nuestros cuerpos, pero el tiempo empleado en la cocina creando comidas y comer con seres queridos nutre nuestras almas. Haz que tus niños/as pasen más tiempo contigo en la cocina y desarrollarán habilidades a la par que valiosos recuerdos que durarán toda la vida.

Agnès Pérez
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